Electroválvulas Lavadora
¿Qué es y para qué sirve la electroválvula de una lavadora?
La electroválvula de la lavadora es el componente encargado de gestionar el paso del agua desde la toma principal hacia el interior del electrodoméstico. Pilotada eléctricamente y según su posición distribuirá el agua hacia un cicuito u otro, o simplemente no permitirá circular agua.
Este elemento antiguamente sólo constaba de una única vía de paso, así que sólo gestionaba el admitir o no agua hacia el circuito interno de la lavadora. Actualmente, según el diseño del equipo, puede constar de dos, tres y hasta de cuatro vías. De esta manera distribuye el agua según necesidad por los diferentes circuitos como podría ser el del tanque del detergente, el del suavizante o el del bombo.
Una electroválvula viene equipada de una toma para la entrada principal de agua en la cual conectaremos la manguera proveniente de la llave de paso. También tiene un cuerpo de plástico en el que van las diferentes bobinas de cada vía. Las salidas donde van conectadas las mangueras de los diferentes circuitos. Y las válvulas que abren y cierran según demanda de la centralita para distribuir el agua. Éstas últimas están formadas por una carcasa, un vástago, una membrana y un resorte o muelle.
En definitiva, la electroválvula de lavadora es la encargada de administrar la admisión de agua de red a nuestro aparato, comandada por las señales de la centralita.
¿Cuándo debemos cambiar la electroválvula de nuestro electrodoméstico?
Son varias las señales que nos indican que este componente no funciona correctamente y que es hora de comprar una electroválvula de recambio para lavadora.
Fijándonos en la parte hidráulica, si vemos que nuestra lavadora no le entra agua o si el detergente o el suavizante se quedasen en el cajón de dosificación o no le llegase agua al tambor, serían señales inequívocas que existe un funcionamiento anómalo de la electroválvula.
Por el lado eléctrico puede traernos otra serie de problemas, aunque es bastante más complicado que esto suceda, si las bobinas estuvieran en mal estado o las conexiones de las mismas no estuvieran debidamente conectadas, podrían dar lugar a un cortocircuito que nos provocaría un salto del magnetotérmico del cuadro eléctrico de la vivienda correspondiente a la lavadora o, en su defecto, del de la estancia donde se encontrase el electrodoméstico. Así que sin lugar a dudas, si nos encontramos cualquiera de estas situaciones, o las descritas a continuación, necesitaremos comprar un recambio de la electroválvula de lavadora.
El detergente o suavizante se queda en el cajón de dosificación
Esta es una señal inequívoca que existe una anomalía o una avería en la electroválvula. En este caso concreto pueden ser varios los factores. La electroválvula no trabaja debidamente y no cambia su estado de reposo (normalmente cerrando el paso del agua) o bien la bobina “ratea” y hace el cambio de forma intermitente y no de forma permanente, dejando circular agua a intervalos. Este problema, puede venir derivado de la conexión eléctrica, la cual no transmite la tensión en su totalidad a la bobina. También puede haberse quedado bloqueada y a pesar de llegarle tensión a la bobina, el émbolo no cambia de posición (ya sea por suciedad, una junta en mal estado o el émbolo “clavado”).
El agua fluye constantemente durante todo el ciclo de lavado
Si a pesar de no tener encendido el electrodoméstico o una vez finalizado el programa, la lavadora sigue cogiendo agua, esto significa que la electroválvula se ha quedado bloqueada en su posición abierta o la membrana de goma se ha perforado. El agua entraría a través del cajón de dosificación o directamente al bombo. Así que el centrifugado no habrá servido de nada puesto que nuestra colada saldrá muy mojada.
Hay una fuga por la parte trasera de la lavadora
Para este caso, suponiendo que nuestra electroválvula es de dos vías, tendremos tres posibles puntos de fuga. La entrada de la toma de agua de red o cualquiera de las salidas de ambas vías. Entonces aquí el problema sería que seguramente no tenemos conectada correctamente la manguera de entrada o en su defecto que las abrazaderas de las salidas se han escapado de su posición o incluso han llegado a romperse, probablemente por el óxido o por un excesivo apriete a la hora de su primer montaje.
La conexión para entrada de la toma principal tiene un tamiz a modo de filtro que si se obstruye por suciedad o cal, puede generar una fuga.
Fallo interno de la propia electroválvula
A parte de tener las averías o roturas que se pueden hacer visibles, si realizáramos un despiece, podríamos encontrarnos con otros pequeños defectos que causarían todo lo anteriormente descrito.
Tras ver dos casos muy típicos de problemas en las electroválvulas, profundizaremos un poco en cómo trabaja internamente la misma. Mediante un muelle o resorte, la electroválvula se mantiene cerrada en posición de reposo, utilizando la misma presión de red para apretar la membrana y así la entrada de agua. Posteriormente la centralita envía un señal a la bobina y ésta se excita y empuja el vástago o cuerpo interno para favorecer el paso de agua, colocando el émbolo en una posición concreta. Tras dejar de recibir tensión la bobina, la válvula retoma su estado original.
Cualquiera de los elementos anteriormente mencionado, tiene sus propios fallos:
- La membrana puede doblarse o perforarse.
- El muelle destensarse o partirse.
- Las juntas del vástago y émbolo pueden romperse, quedando la válvula comunicada entre la posición de cerrada y abierta, dejando circular el agua libremente.
- La conexión eléctrica es débil o se han soldado los contactos.
- La bobina se ha quemado o está derivada a tierra.
Puesto que son componentes bastante herméticos y al venderse como un conjunto, comprar un recambio de electroválvula para lavadora es más rentable en tiempo y dinero, que intentar reparar por separado cada una de sus diferentes partes.
¿Cómo cambiar la electroválvula de nuestra lavadora?
En La Factoría del Recambio tenemos muy presente la seguridad de quienes deciden tomar la iniciativa de sustituir o reparar cualquier componente de un electrodoméstico. Recordamos así que antes de realizar cualquier intervención deberemos siempre desconectar el aparato de la red eléctrica y también cerrar la llave de paso de la conexión hidráulica.
En primer lugar, tras retirar la tapa o protección superior de la carcasa de la lavadora y una vez localizada la electroválvula, deberemos asegurarnos que disponemos del recambio adecuado y de las herramientas necesarias para realizar el trabajo.
En segunda instancia, identificaremos mediante números, marcas o fotos, en qué lugar va conectada cada manguera antes de desconectarlas. Retiraremos las abrazaderas correspondientes y procederemos de igual modo para el cableado de cada bobina.
Finalmente encontraremos unas pestañas que sujetan la pieza a la estructura de la lavadora. Con un destornillador apretaremos hasta que se queden escondidas. Miraremos hacia dónde debemos girar todo el conjunto para que se pueda extraer.
Para el correspondiente recambio de la nueva electroválvula simplemente tenemos que seguir los mismos pasos pero en orden inverso tomando las mismas precauciones y revisando meticulosamente la posición de inserción de la válvula.